CRÍTICA 2.0
¿List@s para un nuevo rol? Esta semana volvemos a ser críticas y, tengo que decir que si tuviera que escoger uno de los roles, sin duda me quedaría con este. Dicho esto, ¡vamos con la noticia!
Puede parecer mentira, pero es cierto, y además más común de lo que nos podemos imaginar.
El niño no poseía ningún tipo de licencia, puesto que la edad mínima para adquirir una es de 15 años. El padre fue posteriormente detenido por ser cooperador necesario del delito. Fueron miembros de la policía local, fuera de servicio, los que observaron que el conductor del vehículo era un joven que iba acompañado por un adulto, que resultó ser el menor del mismo.
Al dar el alto el vehículo, los agentes vieron como ambos trataban de cambiarse de asiento, claramente sin éxito.
Claramente esto es un peligro para la seguridad vial y será condenado como tal. Sin embargo, pensando en el padre, ¿como de moral es que dejes a tu hijo de 13 años conducir un vehículo el cual no está capacitado de llevar? ¿Qué hubiera pasado si el joven hubiera perdido el control del vehículo y hubiera ocasionado un accidente?
Lo peor de todo esto es, como he dicho antes, que es una práctica más habitual de lo que parece.
Desde mi punto de vista, una irresponsabilidad total. Si no quieres pensar en el daño que puedes ocasionar a terceros en caso de accidente, piensa en el daño que puedes ocasionarle a tu propio hijo.
¿Qué pensáis? ¡Nos vemos!💕
¡Hola Nerea! Estoy totalmente de acuerdo contigo, me parece una locura lo que hace la gente. Yo conozco a personas, que antes de sacarse el carnet de conducir, ya sabían de sobra conducir. Me parece una locura, ya no por ti mismo, si no por las terceras personas que puede haber. Además, yo tampoco entiendo como esos padres están tranquilos sabiendo que su hijo/a coge el coche sin carnet, por no hablar de cuando les enseñan ellos...
ResponderEliminarHolaaa, exacto, yo también conozco gente que antes de tener el carnet ya sabía conducir. Es un peligro, ya no solo para ellos, si no para todos. No saben si algo puede salir mal y es que, por mucha confianza que tengan en sus hijos, no pueden controlar que todo salga bien.
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